Por muchos años se ha tratado de mantener alejadas a las mujeres de la ciencia y tecnología.
Reforzar el interés del género femenino en estas áreas es un asunto primordial para las futuras generaciones.
Todos los recursos humanos capaces de crear líneas de productos y procesos tecnológicos serán fundamentales para el desarrollo del planeta.
Es decir, si las mujeres se apartan de las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) el problema será mayor en términos masivos de creatividad científica.
¿Crees que de la nada se le ocurrió a Google destinar 50 millones de dólares para que las niñas estudien tecnologías de información?
Para nada, todo fue para generar un bien común para las generaciones futuras.
Empresas como Facebook, Amazon, Microsoft y Twitter, por su parte, apoyan la iniciativa Girls Who Code.
La iniciativa está dedicada a impartir talleres de programación y lucha por visibilizar a las jóvenes que trabajan en el sector tecnológico.
Las mujeres dentro de la ciencia y tecnología
En el mundo hay una preocupación por estudiar las razones de la supuesta “masculinización” de la ciencia y tecnología.
Un estudio del BID, alerta que la presencia del género femenino está solamente concentrada en disciplinas relacionadas a las ciencias naturales.
Por ejemplo en Chile, menos del 15 por ciento de las matrículas de los doctorados de Ciencias Informáticas son mujeres.
Entre los países participantes del estudio del BID, se encuentran Chile, Colombia, México y Panamá.
En este caso, más del 40 por ciento de los investigadores son mujeres.
En el sector empresarial el porcentaje de profesionales femeninas se reduce a un espacio entre 18 y 28 por ciento.
Las mujeres a menudo pueden terminar sus estudios en ciencia y tecnología, pero no siempre logran continuar su trayectoria profesional en el área o avanzar al mismo ritmo y a los mismos niveles de jerarquía que los hombres.
Por su parte, la investigación “Mujeres en la Tecnología: los hechos”, del National Center for Woman Information Technology (NCWIT), asegura que estas profesionales no abandonan sus lugares de trabajo para dedicarse a sus familias, sino más bien por no tener posibilidades de desarrollos competitivos.
La periodista Tara Sophia Mohr, desarrolló una investigación, en la que se pregunta el por qué ellas no se presentaban como candidatas para trabajar en tecnologías.
Los resultados fueron que sólo un 12.7 por ciento de los hombres tenía miedo de fallar durante las entrevistas previas, en tanto que el índice de las mujeres ascendía hasta el 21.7 por ciento.
El trasfondo de esta realidad se encontraría la teoría psicológica del síndrome del impostor, un proceso mental que tiende a subvalorar las habilidades en cualquier ámbito.
En países europeos como España, la presencia femenina en la industria tecnológica desciende década a década, alcanzando sólo el 18 por ciento. En Silicon Valley, los emprendimientos de los hombres alcanzan al 61 por ciento y las mujeres el 39 por ciento.