La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural se aprobó en 2001 y a continuación, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo.
La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Todo esto está presente en las siete convenciones de la cultura, que proporcionan una base sólida para la promoción de la diversidad cultural. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.
Simultáneamente, el reconocimiento de la diversidad cultural – mediante una utilización innovadora de los medios y de los TIC en particular – lleva al diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.
En 2011, la UNESCO y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas
- Concienciar sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.
- Lograr que todas las personas nos comprometamos y apoyemos la diversidad mediante gestos reales en nuestro día a día.
- Combatir la polarización y los estereotipos.
La diversidad cultural cobra relavacia al recordar que tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural. Y que superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz, la estabilidad y el desarrollo.
Diversidad en México
México tiene gran diversidad en etnias, pues la población indígena es de alrededor de 6 por ciento del total, en tanto que el INI presentó una población de entre 10 y 14 por ciento. En el sitio web de la comisión, la cifra ofrecida es de 10 220 000 indígenas en el país en el año 2000, lo que constituiría cerca del 11 por ciento de la población mexicana.
La comisión reconoce solamente a 65 grupos étnicos indígenas distinguidos entre sí sobre la base del criterio lingüístico. Los más grandes, en términos demográficos, son el nahua, el maya, el zapoteco, el mixteco, el otomí y el purépecha.
De la misma manera, en México, la diversidad de lenguas indígenas son fuertes, poderosas y son riquezas culturales, pues a nivel mundial México está entre los 10 países con mayor diversidad lingüística y el segundo en América Latina, indicó Fidencio Briceño Chel, Director General Adjunto Académico y de Políticas Lingüísticas del Inali.
El país se caracteriza por tener 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones y 364 variantes, de las cuales 64 están en franco riesgo de desaparecer.