La educación ambiental se puede entender como aquel proceso de formación cuya finalidad es la toma de conciencia sobre la importancia del medio ambiente a través de valores que fomenten el uso adecuado de los recursos naturales y inspiren soluciones.
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Actualmente atravesamos por una crisis ambiental de carácter global, lo que, además de ser preocupante, representa una oportunidad de reinventar nuestra forma de relacionarnos con nuestro medio ambiente.
La educación ambiental encuentra sus bases en el desarrollo de los valores humanos fundamentales debido a que la carencia de los mismos es uno de los principales factores de dicha crisis.
Este concepto nació como tal en los años sesenta, época en la que se comenzaron a cuestionar los modelos de crecimiento establecidos y sus consecuencias sobre el medio ambiente.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la principal impulsora de estudios y programas relativos a la educación ambiental mediante organismos como la UNESCO y PNUMA.
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No obstante, existen diversas entidades en todo el mundo, gubernamentales y no gubernamentales, que hoy en día vuelcan sus esfuerzos en la conceptualización y práctica de la educación del medio ambiente.
De acuerdo a lo establecido en el Seminario Internacional de Educación Ambiental de Belgrado celebrado en 1975, los objetivos de la educación ambiental son los siguientes:
- Conciencia
- Conocimientos
- Actitudes
- Aptitudes
- Capacidad de evaluación
- Participación
La relevancia de la educación ambiental radica en el carácter masivo de la actual crisis ambiental y la universalidad de sus consecuencias, lo que vuelve imperioso que la ciudadanía reconozca la importancia de su participación en este innegable problema.
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