En México, un Estado sordo e ineficiente y 10 mujeres asesinadas al día son las razones por las que se convocó a un Paro Nacional de Mujeres el próximo 9 de marzo. En un país donde la igualdad de género parece una fantasía, el potencial económico y social de las mujeres se está desaprovechando, incluso en el mundo de las startup.
EL CONTEXTO: MÉXICO ES UN CEMENTERIO DE MUJERES
En febrero, los feminicidios brutales de una mujer y una niña en la Ciudad de México conmocionaron al país y pusieron en evidencia la alta urgencia de una respuesta gubernamental. Los dos casos forman parte de una ola de violencia de género que se expresa en la violación de sus derechos humanos.
Mientras tanto, el gobierno mexicano trata de evadir y excusar la violación de derechos humanos del 51.3% del total de la población. Las mujeres están siendo ignoradas, marginadas y excluidas de la vida económica y social en distintas maneras y dimensiones. Ante este panorama, ¿El mundo de las startup es la excepción?
EL PARO NACIONAL DE MUJERES
Bajo el lema, “el nueve nadie se mueve”, las mujeres han propuesto que ninguna mujer o niñas asista al trabajo o a la escuela, que no salgan a la calle, que no consuman nada. El fin: visibilizar el peso social y económico de quienes representan más de la mitad de la población.
La lucha de los derechos de las mujeres sigue en pie y las demandas siguen creciendo. Se habla de un momento histórico en el movimiento feminista en un país donde la estructura social resulta en desigualdades que se manifiestan en violencia y se replican en distintos ámbitos. Uno de ellos, el de las startup.
EL ECOSISTEMA STARTUP NO ES LA EXCEPCIÓN
Si la importancia de las start up reside en su contribución en el desarrollo económico y bienestar de la población, la brecha entre mujeres emprendedoras y hombres es desalentadora. En México, solo el 20% de las start up son dirigidas por mujeres y el 51% tiene un equipo fundador totalmente conformado por hombre.
¿Por qué? La OCDE nos dice que “en México las mujeres tienen mayores retos para crear, mantener y crecer una empresa”. Las razones son varias, entre ellas: que la única motivación para emprender sea la necesidad económica, el bajo nivel educativo de las mujeres y de acceso a capacitaciones y créditos para las emprendedoras, el tiempo que emplea en las labores domésticas, y los estigmas culturales.
Las start up utilizan la tecnología para construir modelos de negocios escalables, pero las mujeres están subrepresentadas en el sector tecnológico. Poco más de uno de cada cuatro profesionales de los datos y la inteligencia artificial son mujeres.
Queda claro que la igualdad de género también es un reto en el ecosistema de las startup, pero ¿cómo esperar que sea la excepción en un país tan hostil y violento para las mujeres? La igualdad de género no se limita a la inclusión económica, si no que está interrelacionada con la reivindicación de otros derechos. Si las mujeres aún deben reclamar por su derecho a la vida y la seguridad, entonces será difícil disminuir la brecha de género en las startups.
