El derecho del voto femenino se consiguió legalmente en el año 1953, sin embargo entró en vigor la reforma en 1955.
Tras el largo proceso de lucha por el ejercicio pleno de los derechos político las mujeres mexicanas votaron por primera vez en una elección federal.
Existió demasiada resistencia masculina, donde los grupos militares y políticos victoriosos en la Revolución Mexicana se oponían a que las mujeres ejercieran su derecho político de votar y ser votadas.
Los argumentos de los opositores tenían una actitud misógina y de máxima discriminación a las mujeres, por ejemplo, dentro de la Constitución de 1917 no se establecieron y además se negaron rotundamente los derechos políticos a la población femenina.
Historia del voto femenino
La lucha por la inclusión de las mujeres en la política comenzó justo al inicio de la Revolución Mexicana en el año 1910, cuando un grupo de mujeres llamado «Las Hijas de Cuauhtémoc» se une a Francisco I. Madero para continuar las protestas.
Años más tarde, la defensa para la mujer dentro e la política iba tomando mayor fuerza, cuando se crea el primer Congreso Feminista.
Posterior a eso, una mujer llamada Hermilia Galindo (secretaria particular de Venustiano Carranza) redacta un escrito en el que solicitó los derechos políticos para las mujeres con argumentos liberales basados en el Plan de Guadalupe de 1913. Esta fue la primer hazaña en la que se podían garantizar derechos «para todos por igual».
¿Recuerdas haber visto hace algunos días en el doodle de Google a una mujer?
Ella fue Hermilia Galindo, revolucionaria, feminista y política mexicana. Fundadora y dirigente del semanario literario político Mujer Moderna en el que promovió la igualdad entre hombres y mujeres.
Se postuló como candidata diputada y jamás fue reconocida, fue una mujer que no se rindió para hacer escuchar su voz, desafiando a la ley y mostrando a la opinión publica la injusticia cometida para las mujeres en ese entonces.
El Consejo Nacional de Mujeres fue fundado y dirigido por Elena Torres Cuéllar, gracias a ello una delegación mexicana asistió al Congreso de Mujeres Votantes, que se celebró en Baltimore, Estados Unidos.
A la par, se funda la Liga Feminista de Yucatán, donde se defendían los derechos de la mujer y se formaban ligas feministas para el apoyo de las mismas.
Después de momentos de incansable lucha, logran aceptar en la Ciudad de México el Primer Congreso Nacional Feminista, convocado por la Sección Mexicana de Liga Panamericana de Mujeres.
Al ver tan buenos resultados, algunos hombres comenzaban a apoyar este tipo de movimientos; uno de ellos fue el gobernador de San Luis Potosí, Aurelio Manrique, quien expidió un decreto por el que se concedía la posibilidad del voto femenino y ser elegidas para las municipalidades.
Fue entonces cuando, el presidente Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de reforma al Artículo 34 de la Constitución, que permitiría votar a las mujeres. La iniciativa fue aprobada por ambas cámaras y por las legislaturas de los estados, sólo faltaba el cómputo y la declaratoria para su vigencia.
Esta parte nunca se concluyó porque el Partido Nacional Revolucionario, antecedente directo del PRI, argumentó que el voto de las mujeres “podría verse influenciado por los curas”.
Diez añoso después, durante la presidencia de Miguel Alemán, se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 115 de la Constitución que concedía a las mujeres el derecho de votar, pero sólo en las elecciones municipales. Esta medida se consideró como un gran avance ya que les daba un lugar a las mujeres en la vida política del país, aunque fuera uno muy restringido.
Y así, siendo candidato a la Presidencia de la República, Adolfo Ruiz Cortines, prometió ante 20 mil mujeres asistentes a un mitin de campaña la ciudadanía sin restricciones.
Sin olvidar que Hermilia Galindo, finalmente en 1952 se convirtió en la primera mujer congresista federal de México y hace 63 años logró que se incluyera el derecho al voto femenino en el artículo 34 constitucional.