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Indignación, tristeza e impotencia. ¿Qué te produce a ti el pensar en las guerras, en sus estragos y en sus absurdos? Un sinsentido en todos los sentidos; una estrategia tan del siglo XXI como de orígenes arcaicos, trogloditas. Pesadilla encarnada y de insufrible realidad: así es la realidad de Yemen, país africano víctima de una de las guerras más recientes de la historia de la humanidad.
Según la organización Save the Children, alrededor de 84 mil 700 niños han muerto en Yemen tan sólo por desnutrición desde que, en 2015, una coalición liderada por Arabia Saudita intervino en la guerra civil.
Alrededor de 84 mi 700 niños muertos en Yemen por la guerra civil. 84 mil 700 niños muertos, por lo menos…
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“Nos sentimos horrorizados de que unos 85 mil niños en Yemen puedan haber muerto como consecuencia del hambre extrema desde que comenzó la guerra. Por cada niño muerto por bombas y balas, decenas están muriendo de hambre y enfermedades y es completamente evitable”, comenta la ONU.
Foto: El Comercio Perú
Tan sólo un año después, en 2016, la cifra ya superó las 10 mil muertes. Por si fuera poco, las importaciones comerciales de alimentos por el puerto de Hodeidah se han reducido en más de 55 mil toneladas por mes.
Por si fueran pocos, 14 millones de yemeníes están, en este momento, en riesgo de morir de hambre, tal como lo afirma el Programa Mundial de Alimentos. “Cualquier otra caída en las importaciones podría llevar directamente al hambre”, advirtió la organización.
Además, la Organización Mundial de la Salud indicó que casi 10 mil personas han sido asesinadas en Yemen desde la intervención en marzo de 2015, no obstante, los grupos de derechos humanos sospechan que la cifra de muertos podría ser cinco veces mayor.
Cualquier adjetivo se quedaría corto ante tales cifras, ante tan siniestros hechos. África se encuentra en el ojo del huracán, no por su visibilidad -increíblemente-, sino por la magnitud de aberraciones que se comenten en sus tierras en nombre de cualquier absurdo.
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