Un invernadero casero es una superficie cerrada que se utiliza para la plantación y cultivo de diferentes plantas y hortalizas, aislándolas de las condiciones climatológicas del exterior para lograr su crecimiento, incluso en épocas distintas a las que corresponden.
Los invernaderos caseros son de distintos tipos y sencillos de montar si se cuenta con un jardín o un huerto y sus beneficios son diversos, ya que, además de producir alimento rico en vitaminas y minerales, son una medida ecológica, libre de pesticidas y abonos, para cuidar al medio ambiente.
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Existe una enorme variedad de invernaderos a la venta que regulan el clima y la humedad de las plantas de una excelente manera, lo que ayuda a su crecimiento y mantenimiento adecuado.
Este tipo de invernaderos se puede construir con distintos materiales fáciles de conseguir, como la madera, el plástico, el vidrio y demás material reciclado.
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Al tener un invernadero casero, se puede proteger de mejor manera a las plantas de las bajas temperaturas y permite secar hierbas aromáticas y frutas en temperaturas elevadas.
Las ventajas que ofrecen los invernaderos caseros son muchas, tanto ambiental como económicamente, dado que estos se consideran una buena inversión gracias al abastecimiento de alimentos de calidad que de ellos se obtiene.
Una de las principales razones para tener un invernadero casero es que optimizan el desarrollo de hortalizas fuera de su época, maximizando la producción de alimentos.
En resumen, un invernadero casero te permite ahorrar dinero y consumir productos naturales cultivados por mano propia, además de contribuir al medio ambiente y formar parte del cambio con acciones reales.
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